sábado, 24 de diciembre de 2011

Esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad

Esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad, cómo dice el villancico. Llevan anunciándonoslo hasta la saciedad desde hace más de un mes: las luces, los spots publicitarios, las estanterías de los supermercados y… hasta el catálogo del Toys Araus.


Bueno, pues ya vale, ya lo sabemos, que sí, que esta noche es Nochebuena, pero ¿qué celebramos esta noche? Casi en medio mundo, por lo menos, que yo sepa, en la parte occidental, esta noche es especial, llena de topicazos, saturada de todo: de luz, de comida, de bebida, de regalos, con un ruido tan ensordecedor que no nos deja oír ese llanto de un niño que acaba de nacer.


Ese niño que nace, año tras año, es Dios que se hace hombre, como prueba de su inmenso amor por los hombres. No nos trae juguetes, ni smarthpones de última generación, SOLO nos trae un mensaje de esperanza, esperanza en los hombres, de modo que se hace hombre para ser uno más como nosotros.


Ese es el verdadero sentido de la Navidad. Navidad significa natividad, nacimiento. Ese nacimiento o renacimiento que debe surgir en el corazón de cada uno de nosotros año tras año, como resurgir de nuestras cenizas, de nuestras miserias, de nuestras carencias.


La Navidad significa ternura, como la que nos inspira la visión de un recién nacido. Ternura ante los más débiles y desfavorecidos, como ese niño que duerme en un pesebre dónde suele comer el ganado.


La Navidad significa luz, una luz intensa e inmensa, mucho más hermosa que la que adorna nuestras ciudades, que no nos ciega ni deslumbra, que no nos quema, que da calor a nuestra alma. Creo que esta noche nuestro planeta, visto desde fuera tiene que brillar de una manera muy especial.

La Navidad, significa, ante todo, ESPERANZA, en nosotros mismos, en nuestra capacidad de entrega, ESPERANZA en los demás, en su capacidad de amar.


Esta noche tenemos mucho que celebrar, en realidad, todas las noches del año, con sus días incluidos. Dios nos ama, y nunca nos abandona.

Para terminar, me gustaría compartir con tod@s vosotr@s algo muy personal: la imagen que acompaña este post pertenece al Belén de mi casa. Desde que tengo uso de razón, estas figuritas me han acompañado cada navidad. Mi madre solía colocarlas bajo el árbol artificial que colocábamos en estas fiestas. La mula se perdió y mi madre hizo una de plastilina, confirmando que lo suyo no era el modelaje. Cuando fui un poquito más grande fui ampliando el número de personajes (conseguí una mula más decente) y mobiliario urbano. Cuando me casé me traje todo para mi casa y año tras año me ha seguido acompañando a mí y a los míos por estas fechas.


Mi Belén es un poco vintage, y en él no existen las escalas proporcionales, ¡las gallinas son más altas que la Virgen María!, pero me resulta imposible sustituirlas por otras nuevas, a pesar de la insistencia del resto de la familia y de que todo el que viene a verlo me pregunta que dónde está el misterio. Pero es que estas figuritas tan descoloridas y chiquitinas (el niño Jesús parece sacado de un tarro de colonia Nenuco, ¿os acordáis?) me hacen constatar que Dios siempre se hace presente de la manera más humilde, dándonos ejemplo de vida.

Con todo mi cariño, deseo que esta Noche no sea la única para vosotros, sino que todas la noches sean Nochebuena y todos los días, Navidad.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Una del Oeste

Estimado señor…. Rubalcaba, o Zapatero, o señora Ministra de Educación, o señor encargado de la campaña publicitaria del PSOE:


Tengo que decirle que su video sobre la educación privada me ha dejado, como se dice ahora, “impactá”. Unos lo tachan de demagogo, yo sinceramente, con los poquitos estudios que tengo, quiero, ya que estamos en democracia, darles mi opinión.

En mis tiempos de estudiante, cuando en clase de Lengua nos enseñaban sobre el lenguaje publicitario, el profesor nos explicaba que se podían emplear expresiones como “el mejor”, “el más…”, pero nunca “mejor que…” o “más que”, y ni mucho menos dar nombre y apellidos; es lo que se llama publicidad desleal.


Sinceramente se ha lucido con este video y para nada veo reflejada mi realidad en él. Lo mismo es que hay diferentes tipos de escuelas privadas o concertadas, y a mí me ha tocado vivir una que no se corresponde en absoluto con la que usted muestra.

Yo estudié en escuela privada, más tarde concertada, y nunca me sentí diferente a otros niños de mi barrio. Vivo en una zona de Málaga donde la mayor parte de la población somos de clase obrera, y entre todos los colegios de la zona, hay tres o cuatro concertados. Uno de mis hijos asiste a uno de ellos y el otro ya ha pasado al instituto.


¿En qué se diferencian de los niños que van a la escuela pública? Sencillamente, en que llevan uniforme, y bendita sea la hora de tan sabia elección, porque ha resultado ser un alivio para la economía familiar, amén de que enseña a los niños a cuidar su indumentaria, y si afinamos más, al llegar a ciertas edades, no se plantean problemas del tipo “mi amigo lleva unos pantalones o unas deportivas de x marca”.

Las mamás que vamos a llevar y recoger a nuestros niños somos muy normales, y aunque más de una (y de dos) trabajan en el servicio doméstico, y a mucha honra, ninguna va al colegio vestida con ese uniforme rosa que sale en su video, ni creo en se lo pongan en su lugar de trabajo.


El colegio de mis hijos es bastante normalito y el profesorado es magnífico, pero sí tienen ciertas carencias respecto al colegio público que se encuentra a 100 metros.

A pesar de ello, la gente, metafóricamente hablando, se pega tortas para que sus hijos entren en él. La razón tal vez sea que, a pesar de ser tan chiquito, los niños empiezan en Educación Infantil y salen cuando terminan la Secundaria, mientras que en los colegios públicos de la zona, con sus grandes instalaciones, los críos de doce años tienen que “enfrentarse” a convivir con jóvenes de dieciocho cuando pasan al instituto.


Ya les he dicho que el colegio de mis hijos tiene muchas carencias, pero las suplen con un trato bastante cercano con los padres, o por lo menos, con los padres interesados en ello, que de todo hay. El nivel académico es bastante alto, a pesar de que afirmen lo contrario aquellos a quienes la cosa no les ha ido bien. Tal es así que algunas de las matrículas de honor en la pasada Selectividad del mes de junio fueron conseguidas por alumnos que habían pertenecido al colegio.

Yo creo que más que denostar a la escuela no pública, deberían emplear su tiempo en otras tareas más provechosas, por ejemplo, recuperar una calidad de enseñanza que se perdió hace ya mucho tiempo. Yo soy de los tiempos de la EGB y el BUP y, aunque puedo apreciar algunas mejoras en el sistema actual, por lo general, está muy por detrás del sistema anterior.


Para empezar, tantos métodos pedagógicos nuevos para desarrollar en los niños la comprensión oral y escrita y, sin embargo, una simple redacción ha quedado relegada a los recuerdos de mi generación. Suerte que todavía existe la Cartilla Palau, con su método fotosilábico, y las libretas Rubio (¿quién no ha repetido hasta la saciedad sus famosos muelles y sus frases inclinadas?). Puedo afirmarles, ya que trabajo con niños, que cada día los niños de 8-9 años leen peor, y encima, sin entender lo que han leído.


Pasemos a otra asignatura: Geografía. Mis dos hijos juntos no han hecho ni la mitad de los mapas, ya fueran físicos o políticos, que hice yo de niña, y ¡ojo! a mano alzada, que me salían unos mapas de España versión panorámica que daban gusto. Y si hablamos de los países, es para echarse a llorar, la mayoría de los adolescentes de hoy en día no son capaces de localizar dónde está, por ejemplo, Uruguay y son capaces de meterle una patada virtual al mapamundi. ¡Cuántos de mi generación nos hemos aprendido incluso las banderas del mundo a modo de juego con el Iter Sopena!


Otro tema muy interesante: repetir o no repetir curso. ¿Qué es mejor? ¿”Traumatizar” al niño haciendo que repita ahora que no ha superado los niveles exigidos para cada nivel? ¿O que se traumatice ya adulto enfrentándose al mundo laboral con un título pero sin un nivel básico de conocimientos? Yo he suspendido a veces, he tenido que recuperar, he recibido la regañina o castigo pertinente de manos de mis profesores o mis padres y en absoluto me siento traumatizada, al contrario. Puedo entender que todo aquello fue por mi bien y que en su mayor parte dependía de mi esfuerzo y eso es lo que yo intento inculcarles a mis hijos.

Yo no soy de las que piensan que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, me gusta mirar hacia delante, pero a veces, mirar hacia los lados me da hasta escalofríos y me pregunto qué base le estamos dando a aquellos que serán los adultos del mañana.


Ahora, la Junta de Andalucía ha puesto en marcha un protocolo para captar a niños con altas capacidades y así evitar posibles casos de fracaso escolar por parte de niños con estas características. La primera fase del protocolo ya está hecha, ha consistido en rellenar un cuestionario sobre cada niño de primero de Primaria y Secundaria. Vamos a ver en qué consiste la siguiente fase y adonde va a llegar todo esto. Lo que sí que no me gustaría ver es una educación “clasista”, es decir, de clases con niños muy listos, clases de niños normales y clases de niños torpes. En la diversidad está la riqueza, y lo que debe fomentarse es la convivencia entre personas de todo tipo.


En resumidas cuentas, sólo le pido que no se duerma en los laureles, que le dé importancia a lo que realmente la tiene y que no critique tanto a la escuela privada-concertada que, a fin de cuentas, le está sacando las castañas del fuego porque el Estado no tiene suficientes centros propios para otorgar este bendito derecho a la Educación a todos los niños de este país. Y si usted quiera realmente entretenerme y divertirme, me conformo con que me cuente una del Oeste.

jueves, 27 de octubre de 2011

Once de once

Mi amiga Iris,me ha entregado el Premio "Gracias por tu amistad", que consiste en contestar a 11 preguntas. Yo recojo muy gustosa el premio y contesto al cuestionario con absoluta sinceridad. Tendría que nominar a once bloguers para entregarles el premio y seguir la cadena, pero ando algo vaga, ya que hoy la publicación ha sido doble, así que os invito a tod@s a contestar las mismas preguntas, sí queréis. Aquí van mis respuestas; Iris, espero que disfrutes.


1. ¿Te gusta leer? De ser así, ¿cuándo nació tu afición a ello?
Mucho, aunque hace mucho tiempo que no practico una lectura reposada, por placer, sino más bien por obligaciones (aunque gustosas).
Soy de la generación del bibliobús.
2. ¿Te gusta escribir? ¿Desde cuándo y en qué género te gusta más hacerlo?
Sí, es como una necesidad, por eso, el nacimiento de este blog hace casi dos años fue algo muy bueno para mí.
Mi estilo es…bouganvillero.
3. ¿Irás al estreno de Amanecer? :)
Noooo, cada vez que veo a Edward Cullen me dan ganas de comprarle un bocadillo de jamón. Mi hijo seguro que irá al estreno y me la contará, cuando me la pueda bajar de internet la veré, si aguanto despierta.
4. ¿Tu escritor/a favorito?
Ninguno en particular, me engancha la historia en sí.
5. ¿Tu película favorita?
Tengo muchas, pero por ejemplo, Gressy, Pretty Woman,… Porky´s (un referente de mi adolescencia)
6. ¿Tu mejor momento del día?
No sé, cuando estoy relajada, por ejemplo, leyendo, escribiendo o dándole vida a mis caprichos culinarios.
7. ¿Alguna amiga/o de la infancia, la adolescencia, que recuerdes con más añoranza, alguien a quien no has vuelto a ver y te gustaría hacerlo?
Tengo la suerte de que mis amigas de entonces siguen siendo las de ahora, aunque me gustaría volver a ver a gente del insti, aquella época fue maravillosa.
8. Se acercan entrañables fiestas, ¿te gusta la navidad? ¿Por qué, o qué es lo que más te gusta?
Me encanta la Navidad, aunque con los años se vuelve una más melancólica, ahora que el zafarrancho de montar el Belén no me lo quita nadie, y preparar el menú navideño es una gozada.
9. Un deseo para el nuevo año que se apróxima.
Por supuesto, trabajo, mucho trabajo, para todo el mundo y que esto empiece a remontar.
10. ¿Un miedo oculto que no puedas evitar aunque sepas que es absurdo o sin sentido?
A conducir, no lo puedo resistir, sé que es absurdo, o estoy esperando que el carnet se transforme en alfombra mágica.
11. Ahora te pregunto, ¿a qué edad te enamoraste por primera vez?
¡Uy, hace mucho ya! Lo mejor de todo es que ese primer amor sigue vigente como el primer día.

Engañabobos

Hace unos días recibí una llamada de teléfono desde una tienda de telefonía móvil, informándome de una promoción por la que podía cambiar de móvil con un descuento de x euros más mis puntos acumulados por cliente. Y aunque no necesito perentoriamente cambiar de aparato, a pesar de que el tamaño de mis dedos es incompatible con el de mi móvil, me acerqué al establecimiento a ver que me ofrecían.


Para empezar, la chica que me llamó por teléfono no estaba, pero me atendió una compañera con grandes dotes comerciales y bastante charlatana, y haciendo caso omiso a la vocecilla interna que me advertía sobre su tono compadre de “tú y yo hemos comido en el mismo plato”, le pregunté qué me ofrecía.


De entre toda la exposición de móviles, me gustó uno en particular, pero he aquí que para poder llevármelo tenía que pagar un suplemento de 29 euros. Le dije que entonces no me interesaba cambiar por el momento pero ella me contestó muy afusiva: “¡No te preocupes, yo te añado puntos, tú me traes un móvil cualquiera que tengas en casa y te lo llevas sin coste alguno!” “¿Seguro, seguro?” le pregunté yo, “Por supuesto” me contestó. Así que la tarde siguiente, haciendo un forzado hueco en mi agenda diaria, me presenté de nuevo en la tienda, móvil antiguo en mano.


Después de sacar número y esperar un rato, llegó mi turno. Con su estilo familiar y campechano, la dependienta sacó del almacén el aparato de mis deseos y me pidió el viejo; le hizo muchísima gracia que viniera con su embalaje original, su cargador y todo en buen estado (de hecho, el móvil funciona), le desmontó la batería y fue a pasarlo por el escáner. Aquí vino la sorpresa, resulta que ahora no me descontaba nada por el móvil, ya que el modelo era antiguo. Me preguntó si no podía llevarle otro, le dije que no, así que no me quedaba más remedio que acoquinar 29 euros para poder llevarme el aparato nuevo.


Llegados a este punto le contesté que para eso, me quedaba como estaba, pero que eso no era lo que ella me había constatado el día antes. He aquí cuando su tono amigable se tornó algo chusco con un “¿Cómo, cómo, cómo?” bastante fuera de tono, al que yo respondí en un tono “perdona bonita, pero tengo más años que tú, y sé hablar con educación” diciéndole que, con absoluta certeza, ella me había ofrecido el terminal nuevo a cambio de CUALQUIER móvil (me pregunto qué significado tiene la palabra “cualquier” para ella), y me marché con la cabeza levantada, muy digna, aunque el coraje lo llevaba por dentro.


En el camino de vuelta a casa le daba vueltas al tema: qué hay que ver qué poca vergüenza, mi gozo en un pozo, y frases por el estilo. Llegué a varias conclusiones: que nadie vende duros a cambio de cuatro pesetas, que aquella célebre frase de “el cliente siempre lleva la razón” ha quedado obsoleta, que vivimos en una espiral de consumismo en la que todos giramos más o menos rápido (porque, en realidad, ¿para qué quiero yo otro móvil si éste funciona a las mil maravillas para lo que yo necesito) y en resumen, que para qué me voy a irritar, habiendo cosas más importantes por las que preocuparse. Al menos, la experiencia ha servido para algo: la musa de la inspiración me ha visitado dando forma a este post.


Ahora, que una cosa sí quiero decir: lo a gustito que yo me quedaría si me llamaran en otra ocasión de la misma tienda y les dijera que cómo quieren la pedorreta, si en mono o en estéreo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El barrio del caramelo

Vivo en una de las zonas, por lo menos para mí, más bonitas de Málaga; hasta el nombre es bonito: Ciudad Jardín. Incluso las barriadas tienen nombres “campestres”: Las Flores, Parque del Sur, Cortijillo Bazán, Mangas Verdes (antaño, campo de viñas que corrían alineadas ladera abajo), Hacienda Los Montes, Jardín de Málaga, Alegría de la Huerta,…


Situada en la zona norte de Málaga, el visitante es recibido por dos hileras de palmeras que flanquean paralelas la avenida Jacinto Benavente, o como decimos los de aquí, la carretera grande.


Es un barrio joven, nacido en el primer tercio del siglo XX, que nació al margen izquierdo del río Guadalmedina, fruto del desarrollo demográfico de Málaga en distintas épocas. Así tenemos las Casas Baratas, germen inicial del barrio o los bloques de la Sagrada Familia, ambos casos claros ejemplos de iniciativas consistoriales o sindicales, o Las Flores, Parque del Sur y Jardín de Málaga, testigos del boom demográfico de los años 60 y 70, o la “anárquica” Mangas Verdes”, construida sin orden ni concierto en sus primeros años. También están las barriadas nuevas, los bebés de estos últimos quince años: Huerta Alta, Jardín Botánico,…



Edificios destacables, por ejemplo, el Polideportivo de Ciudad Jardín, a mano izquierda entrando a la ciudad. Fue sede del Unicaja hasta que pasó al Martín Carpena. El Polideportivo fue en su tiempo canódromo, tengo vagos recuerdos de las carreras de galgos, amén de fotografías con apenas un año y medio en la explanada que hoy es la Plaza de John Fiztgerald Kennedy. La iglesia de Cristo Rey que siempre pensé que era más antigua y no, fue consagrada en el año 1944. Las torres de la Sagrada Familia, dos enormes bloques de viviendas, pertenecientes a la barriada del mismo nombre, que la presiden rodeadas de los bloques más bajitos. Es como nuestra versión malagueña de las Torres Gemelas. Popularmente se las conoce como las torres de la Unicaja, por la sucursal que hay en uno de sus bajos y por el inmenso luminoso que culmina la azotea de una de ellas. Y el estadio de La Rosaleda, sede del C.D. Málaga, que los días de partido colapsa el tráfico de toda la zona.



La fisonomía humana de mi barrio es, principalmente, de clase media trabajadora, exceptuando salvedades. Además, la mayor parte de los vecinos o sus ascendentes pertenecen a los pueblos adyacentes por la parte norte de Málaga, es decir, Casabermeja, Riogordo y Colmenar. De hecho, a Jardín de Málaga se la conoce con el apodo de “El Lugarcillo”, como extensión urbana de su hermana mayor, El Lugar, o mejor dicho, Casabermeja.



El estilo de vida es, seguramente, como la de cualquier ciudad andaluza. Las horas punta suelen ser las nueve de la mañana y las dos de la tarde, cuando toda la chiquillería y sus madres entran o salen de los colegios, las mañanas bulliciosas en la calle Emilio Thuiller o, lo que es lo mismo, la carretera chica, paralela a la avenida principal, donde el autobús de la línea 2 le gana por goleada al 26, en contrapunto con la tranquilidad de la zona alta del barrio porque eso sí que tiene Ciudad Jardín, exceptuando las calles Emilio Thuiller, Rosario Pino o la avenida Jacinto Benavente, todo lo demás es cuesta arriba o cuesta abajo, según para dónde se vaya. Hay que tener buenas piernas para vivir aquí… o la tarjeta del bus.


Evento semanal destacado es el Rastro de los jueves, que se instala paralelo al lado oeste del Polideportivo, donde se puede adquirir desde fruta hasta un bolso de lo más chic por pocos euros. Es cita obligada del sector femenino, el planning es dejar a los niños en el cole, tomarse el desayuno en el bar y ¡hala! al Rastro.


La vida parece discurrir, a veces, de forma frenética: con las bullas del Mercadona, los atascos por las dobles filas, el corre corre matutino, los deportistas mañaneros haciendo footing, o bien, de forma relajada: los paseos vespertinos de los jubilados y corrillos de señoras de mediana edad, calle arriba y vuelta a casa, para bajar el colesterol, el sosiego entre los bloques, donde todavía se escucha el trino de los pájaros, porque Ciudad Jardín es así, a un salto del centro, al que se puede ir andando y a otro del campo, todavía presente a muy pocos metros.

El skyline de mi barrio es variopinto: grandes torres apuntan al cielo en el Parque del Sur o Jardín de Málaga, mientras bloques de mediana altura pueblan casi el resto del panorama. Un manchón de casas unifamiliares pegadas unas a otras forman una masa compacta que baja por toda la ladera de Mangas Verdes; en la zona nueva, urbanizaciones de bloques perfectamente cuadriculadas o chalecitos adosados al más puro estilo monopoly, pero quizás, lo que más llama la atención son las casi centenarias casas matas que parten desde la calle Rosario Pino hasta el final de la de Emilio Thuiller, a modo de mediana separadora entre la carretera grande y la carretera chica; fueron construidas amparadas por la Ley de Casas Baratas modificada en 1921. La primera de ellas fue entregada a su propietaria por el mismísimo Alfonso XIII, por eso se las conoce como “las casitas del rey”. Son precursoras de los chalets adosados de hoy en día, pero con la diferencia de que no se repite el mismo patrón de forma repetida y las hay de diversas plantas: más grandes o más pequeñas, con un inmenso patio delantero o con uno chiquito, de dos pisos o de uno sólo y todas, creo, tienen sótano. Llevan ahí casi cien años, como origen del barrio. Lo de “baratas”, hoy día, es un decir; tener una casa de éstas, aunque sea la más pequeña, es un capricho solamente comprensible para alguien que sea del barrio. La mayoría has sido reformadas, o completamente rehabilitadas, las hay más bonitas o más feas, con mucho estilo o con poquito. Son testigos de las modas constructivas a lo largo de casi noventa años. No sé si alguna se conserva en su estilo original.


Cuando era niña, solía ir a pasear con mi madre y mi abuela por la acera pegadita a las casas. Mi abuela solía arrancar jazmines de los jardines y se los ponía dentro del escote, como perfume natural. Yo la imitaba y me enfadaba porque no comprendía por qué a mí se me escurrían y caían al suelo por debajo del vestido. Años más tarde, en mis primeros años de casada, al volver del trabajo solía bajarme varias paradas antes para poder caminar un poco, después de estar todo el día sentada, e iba pegadita a las casas, curioseando entre los setos. Me imaginaba como sería la vida de sus moradores. Aquellos patios delanteros, que generalmente, a esas horas, estaban vacíos, pero que delataban algo de la vida de sus dueños: rosales plantados con mimo, columpios que en su tiempo fueron juguete de los niños que ahora ya serían padres, mesas donde se habrían celebrado montones de veladas al fresco,…


Todavía hoy me encandilan cuando paso junto a ellas. Sinceramente, me tienen completamente enamorada. Cualquiera diría que estoy loca, pero tienen el encanto de lo perdurable, de lo que nunca cambia y te transmite seguridad. Yo, que siempre he vivido en piso, y aunque ahora tengo una terracita donde mis macetas alegran mi vista, me volvería loca si pudiera vivir en una de estas casas, aunque fuera pequeñita. Así podría plantar un jazmín que seguramente no se me secaría, o una dama de noche, que dicen que espanta a los mosquitos, y poder disfrutar sus fragancias las noches de verano, sentada en mi patio. O poder instalar una barbacoa, donde asar unos ricos espetos de sardinas de esos que tanto les gustan a mis hijos, sin que el olor posterior sea un engorro. Por supuesto, plantaría una inmensa bouganvilla de color naranja, que diera privacidad a mi casa. Y ¿qué nombre le pondría? Como no, “La Bouganvilla” . Y como canta Pasión Vega: “Los sueños son tan bonitos, soñar no cuesta dinero,…”, así paso mi vida, soñando, que no hace mal a nadie, porque en esta vida nunca hay que perder la capacidad de soñar, que es lo que nos hace seguir luchando con ganas.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Sobre abanicos y otras casualidades

Cuando estudiaba 2º de BUP, mi punto débil eran las Matemáticas, iba todo bien hasta que llegamos a los vectores en el espacio. Aquello de que los puntos se encontraban o no se encontraban en un espacio infinito, acotado en el fondo negro de la pizarra fue superior a mi capacidad deductiva, de tal manera que me quedaron para septiembre.

Hablando de paralelismos y puntos equidistantes, caigo en la cuenta de que, a veces, las personas somos como esos puntos que surcan el espacio, que corren paralelos, o a veces, se cruzan, y la lógica matemática pasa a convertirse en una divertida sucesión de momentos semejantes. Para muestra, dos ejemplos:


Yoli tiene mi misma edad, de hecho, nos llevamos dos meses. Los padres de ambas fueron de los miles de españoles que emigraron a Suiza buscando una vida mejor y, a consecuencia de ello, las dos nacimos allí. Mi familia volvió para España, pero la suya siguió allí. No perdimos el contacto durante años y nuestras vidas corrieron, sin saberlo, paralelas, de tal manera que, el día de mi boda me llevé la inmensa alegría de que vinieron a Málaga para acompañarnos, pero los más gracioso es que ¡ella volvía de su luna de miel con su marido! Cuando nació mi primer hijo, le escribí para darles la noticia y ella tardó en contestarme porque poquito tiempo después venía al mundo Marvin, su primer hijo. Años más tarde vinieron de vacaciones, ya las dos teníamos dos hijos cada una y cuál fue mi sorpresa cuando descubrimos que nuestros hijos pequeños habían nacido el mismo día pero con un año de diferencia. Hace ya bastante tiempo que nos despistamos un poquito, yo cambié de domicilio y perdí su dirección, pero me gustaría saber de su vida de nuevo, porque es de esas amistades que, viéndose tan poco, son especiales.


El otro ejemplo son Paco y Toñi. Toñi es prima de mi marido y yo la considero mía propia. Ambos son de esa gente buena a la que es fácil querer. Paco y Toñi y mi marido y yo nos casamos con un mes, más o menos de diferencia; cuando, los meses previos a los enlaces, nos veíamos, comentábamos como llevábamos el arreglo del piso y demás parafernalia. Poquitos días antes de su boda, cuando fuimos a ver su casa, me dijo: “¿A qué no sabes que regalito voy a repartir en el banquete?”, “¿No serán abanicos?” le contesté yo. La cara de las dos fue un cuadro, habíamos tenido la misma idea, además muy propia para los meses de Julio y Agosto.

Dos años más tarde, ellos tuvieron su primer hijo y fuimos a conocer al recién nacido; además del presente para el bebé llevábamos también la noticia de que un primito venía en camino. Después de pasar la tarde en su casa, de apretujar al bebé, de dar la noticia de nuestro embarazo, cuando ya estábamos de pie para marcharnos caímos en la cuenta de que no les habíamos preguntado por el nombre del niño, al hacerlo nos dijeron: “¡Alejandro!” y no sé por qué… pero me acordé de los abanicos, ¡ese era el nombre de queríamos poner nosotros a nuestro bebe si nacía varón! Por supuesto cambiamos el nombre, pero eso además tiene su historia, que contaré en otro momento. Tres años más tarde, las dos fuimos mamás de nuevo de otros dos varones. ¿Casualidad o destino? La verdad, no lo sé pero la situación me divierte muchísimo.


En definitiva, se me ocurre una nueva teoría matemática por la que las personas somos puntos brillantes en el Universo, que se mueven a su libre albedrío, que nos cruzamos, chocamos o vamos paralelos y que construimos un mundo bastante divertido.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Cada día, más bello

Curioseando un poco por mi blog, con más que una incipiente pereza que me ha estado acompañando durante todo el verano, fruto del matrimonio entre una ferritina bajo mínimos y un estío bastante bochornoso, caigo en la cuenta de que mi post más visitado es el que publiqué el 20 de mayo de 2010, titulado “El corazón más hermoso”.


La fábula que narro no es mía ni sé su procedencia, pero como todas las fábulas tiene una moraleja, y en este caso, de las que te dejan con tu propio corazón sobrecogido y con la cabeza dándole vueltas al mensaje.

Para poder compartir este bello cuento, un buen amigo tuvo a bien prestarme su corazón, y lo digo en sentido casi literal, porque la imagen que ilustra mi post es una obra de su creación, perteneciente a una serie de exvotos titulada "I don´t think you know what pain is" que él creó en su día.


“Nadie es profeta en su tierra” me dijo cuando le felicitaba porque esta serie fue expuesta en la exposición Neue Urbane Kulturen in Spanien (Nuevas culturas urbanas en España) en el Freies Museum de Berlín. Yo, en aquel momento, me acordé de Antonio Banderas, que tuvo que irse a Estados Unidos para que aquí lo empezáramos a ver con otros ojos.

Ojalá Pedro tenga la misma suerte que Antonio, se lo merece; no sólo es buena gente y un magnífico profesor y director de teatro, es un ARTISTA.


Su obra ya ha salido de las fronteras españolas rumbo a Europa y me alegra mucho pensar que, con mi post, he colaborado un poquito en que su obra viaje también al otro lado del Atlántico.


No sé cómo y con qué intención, mi post ha sido tan visitado, lo más seguro es que haya sido buscando esta fábula tan hermosa. Sea como fuere, quiero agradecérselo a toda aquella persona que se haya parado un poquito en este rincón tan personal y que haya leído tan bello cuento y admirado ese corazón tan sugerente que lo ilustra.

domingo, 14 de agosto de 2011

Así da gusto cumplir años

Cuando cumplí dieciocho años, a la euforia innata de ese día le acompañó un cierto sentimiento de inquietud ante el futuro, como si la salvaguardia que me otorgaba la minoría de edad hubiera desaparecido y me encontrara en ese momento totalmente expuesta y sin defensas ante el mundo.

Hoy también celebro una mayoría de edad, o mejor dicho, celebramos, mi marido y yo nuestros dieciocho años de casados. Un día como hoy, 14 de Agosto, que, coincidencias de la vida, resultó ser primer sábado de la feria de Málaga (los que son de aquí saben todo lo que eso conlleva), a las seis de la tarde comenzamos nuestro proyecto de vida en común.


Me gusta muchísimo esta expresión, “proyecto de vida en común”, que a simple vista puede resultar algo técnica y fría, pero que encierra un contenido muy profundo aunque no resulta tan romántica al oído como otras expresiones.

¿Hacer balance de todos estos años? Dieciocho años dan para que ocurran muchas cosas, buenas y malas, épocas de vacas gordas y épocas de vacas flacas como la actual, amistades que se rompen y amistades que llegan, seres queridos que se van y seres queridos que nacen… Yo no vacilo al decir rotundamente que el balance es POSITIVO, así, en mayúsculas. Los sentimientos de aquel día se han ido transformando a mejor después del tiempo vivido, la incertidumbre de mis primeros dieciocho años ni estuvo entonces ni ahora, así que podemos decir que nuestro matrimonio es ya mayor de edad, que no es lo mismo que decir que está viejo.


Gracias a Dios, no somos los únicos; en estos tiempos “rápidos” que nos ha tocado vivir hay muchas más parejas como nosotros. ¿Fórmula mágica? No existe, sólo hay una serie de ingredientes que cada persona posee en su interior y que solamente hay que saber descubrir y sacarlos fuera: empatía, entrega, sacrificio, renuncia, paciencia, templanza, alegría y amor; este último nos viene de serie, aunque no nos lo creamos. Nos lo regaló Dios y es una pena no compartirlo.


En cuanto a nosotros, mi marido me pregunta que cómo podemos estar juntos siendo tan diferentes, porque lo somos, y un rato largo: para las comidas, para la música, para la ropa, para los colores (¡ay, ese beige del salón!), para… pero yo le contesto que él es mi ying y yo soy su yang.


Yo le conozco metido dentro de un saco y, aún así, no deja de sorprenderme; amo todas sus virtudes, pero también amo todos sus defectos, porque unos y otros le hacen ser quien es. Es mi media naranja y, a veces, mi medio limón.


Así que hoy, que cumplimos dieciocho añitos de casados, estamos tan felices como en la foto, eso sí, con más canas, más kilillos y más achaques, y nuestro plan para hoy es celebrarlo, en compañía de aquellos que también estuvieron a nuestro lado aquel 14 de Agosto de 1993, y que nos han acompañado a lo largo de todos estos años y que esperamos que nos acompañen en nuestras bodas de plata, y como no, en las de oro.

Y, como le dijo Melanie a Antonio: ¡Joseíto, te quiero una jartá!

domingo, 10 de julio de 2011

Mi gente

Así es mi gente, gente normal y corriente. Amigos de toda la vida, de esos que sólo se pueden contar con los dedos de la mano. Amigos que no son amigos sino familia. Y como todas las familias nos gusta reunirnos para pasarlo bien, cualquier excusa vale, y no hacen falta muchos medios, sino ganas, y de ésas nos sobran.


En navidades hacemos la Ruta de los Belenes, que no es visitar todos los nacimientos que se montan en el Ayuntamiento, cofradías y otros lugares insignes de Málaga, sino visitar nuestros propios belenes, los que montamos en nuestras casas, y de paso, merendar y casi, casi cenar.


En verano, la cosa va más allá, no sólo vamos a la playa en plan asalto, con el campamento de sombrillas que aumenta por momentos para horror de vecinos playeros colindantes, en especial, parejitas de novios que buscan relax para pelar la pava, sino que, poco a poco, vamos dando forma a lo que será un clásico, espero que dentro de muchos años: ir a la casita de campo de Maite.


¿Por qué todo lo que se hace a la barbacoa sabe delicioso? Bueno, las brasas dan a la carne y al pescado un sabor especial, pero creo que el ingrediente principal es la compañía, que viene de la mano de muchísimas carcajadas, de las incipientes batallitas de las abuelas, de volvernos más escandalosos que nuestros propios hijos, que nos miran alucinados,… en fin, uno de los grandes placeres de la vida, el poder ser uno mismo, sin trampa ni cartón, con nuestros defectos y nuestras virtudes, y saber que nos quieren y queremos tal y como somos. Va por todos vosotros, que recargáis mi vida de energía positiva y que espero que estemos juntos por muchísimos años más.

martes, 28 de junio de 2011

La magia del teatro




El Taller de Teatro Montserrat nace en el año 1999 como asignatura optativa que sólo se ofertó aquel año para los alumnos de 4º de ESO. Su primera función teatral tuvo lugar en junio de 2001, donde nos contaron “Una de griegos (o de romanos que para el caso es lo mismo)”.



Un año más tarde, nos invitaron a una cena muy especial, donde el plato principal era “Sopa”.



En 2003, juntos aprendimos lo necesario que es soñar, en un inquietante “Laboratorio de Sueños”. Y esas navidades, descubrimos el verdadero sentido de la Navidad, viviendo unas “Navidades Picassianas”.


Al año siguiente, descubrimos que hay que ser valientes y no tener “Miedo” gracias a un precioso coro de ninfas del bosque, una Hada, fantasmas, orcos, brujos y dos preciosas hermanas.



Tras una larga pausa de cuatro años, juntos viajamos de la mano de una niña soñadora llamada Alicia a un mundo maravilloso donde todo estaba al revés.


Después de otro paréntesis de tres años, estas navidades nos visitó un espíritu guasón que nos contó un cuento con moraleja. Y hoy, 27 de Junio de 2011, volvemos a estar aquí, con esta historia de intriga, donde la muerta no sólo no está muerta, sino que tiene dos vidas.



Todos estos años vividos, todas estas historias contadas, todo el esfuerzo, dedicación y entrega de todos los que dieron y hemos dado vida a los personajes, todo el trabajo de aquellos que colaboraron y han colaborado en la creación de decorados y vestuario no hubieran sido posibles sin el empuje de alguien que supo contagiarnos su amor por el teatro.



Por eso hoy, queremos agradecer a Don Pedro el estar aquí y el habernos concedido la oportunidad de ser hacedores de magia, la magia del teatro. Desde el corazón, por siempre, muchas gracias, profesor.



(Porque ayer, sencillamente, la tarde fue... mágica)

sábado, 25 de junio de 2011

¡Hasta siempre!

Aún hoy ando con el corazón encogido por la emoción. Ayer fue un día intenso, intensísimo, de esos que se recuerdan siempre.


Por la mañana celebramos la graduación de mi hijo pequeño y sus compañeros. Ya han acabado la Primaria y el próximo septiembre iniciarán una nueva etapa de sus vidas.


La mañana fue muy sentida, con una fiesta cortita pero con mucho encanto. Los papás tanto de 3º de Infantil como 6º de Primaria pudimos compartir con nuestros hijos un momento clave de su existencia. Cada curso preparó una actuación especial y particular para compartir con el resto de sus compañeros y, después, la fiesta continuó hasta las una de la tarde en cada aula con su tutora.


Pude sentir mucha alegría, mucho cariño y muchas lágrimas, sobre todo de los alumnos de 6º. Ya han dejado de ser los más grandes del patio y vuelven a convertirse en los más pequeños con su paso a Secundaria. A sus doce años cumplidos o por cumplir, ya empiezan a romper el cascarón y los niños van dejando de serlo para convertirse en adolescentes, que afrontan la ESO, como ellos dicen, con mucha ilusión pero también con cierto nerviosismo e incertidumbre ante lo nuevo.

Pero la tarde nos deparaba lo mejor y más emotivo. Veintinueve chicos y chicas, alrededor de los dieciséis años, entre ellos, mi hijo mayor, celebraban su graducación de 4º de ESO. Veintinueve jóvenes que nos hicieron pasar una tarde-noche pletórica de emoción y muchas lágrimas.


Creo que ninguno de los padres nos imaginábamos el momento tan… mágico que íbamos a vivir y sólo puedo describirlo a modo de flashes encadenados de una emoción intensa: la entrada al acto de toda la clase, en parejas, entre aplausos y nudos de garganta; las palabras emocionadas de Isabel, la Directora y tutora de ellos en 5º y 6º; el discurso de Sergio, su tutor durante estos últimos cuatro años, con su estilo sobrio pero sincero; el homenaje emocionado y emocionante de Pedro, profesor y Jefe de Estudios, con su semblanza de tantos magníficos momentos vividos; el agradecimiento por parte de toda la clase a todos y cada uno de los profesores que han tenido durante estos doce años; el sorprendente flashmob de los alumnos de 3º al ritmo del “I´m a number” de Robert Ramírez; esas veintinueve rosas rojas, una para cada mamá; la entrega de orlas y diplomas y, como colofón, su paso por el colegio desde aquellas fiestas de fin de curso, carnavales, días de la castaña hasta su viaje de fin de curso en forma de magníficas instantáneas llenas de vida y alegría.


Para terminar la noche, ellos, junto a sus profesores se fueron de cena y mientras, los padres volvimos a casa casi sin poder hablar, más que nada, por el nudo que llevábamos en la garganta. Esta mañana, mientras dormían, los teléfonos han echado humo, las mamás somos así, no podemos resistirnos a compartir nuestras emociones. Este “hasta siempre” nos ha dejado muy buen sabor de boca y creo que pasarán años para que otro evento parecido pueda superarlo. ¡Felicidades, chicos! ¡El futuro es vuestro!

sábado, 18 de junio de 2011

Mi casa es la mejor,...al menos para mí

No sé cuando nació la costumbre de enseñar las casas de las novias (ojo con la expresión, “de las novias”, como si el pobre novio no tuviera que ver nada con el asunto).


El caso es que durante años, las parejas próximas a casarse enseñaban su nuevo hogar los días previos al enlace. Con el tiempo, la costumbre parece haberse relajado, al menos en la capital. Tal vez los estilos actuales de vida han influido en ello: las parejas se van a vivir juntos sin pasar por la vicaría o el juzgado, los jóvenes se independizan del hogar paterno antes de formar el suyo propio; otras veces, el importante desembolso económico que supone montar una casa les hace empezar sólo con lo imprescindible, léase, cocina y dormitorio.

Yo pertenezco a esa generación que enseñaba su casa, y visto ya desde la perspectiva que dan los años pasados, es una de las cosas, que si el tiempo retrocediera, no volvería a hacer. Me explico:


Cuando alguien enseña su casa hay dos sentimientos encontrados: por un lado, el deseo de compartir con los seres más cercanos la alegría que se siente al iniciar este nuevo proyecto de vida, pero, por otro lado, también se manifiesta ese sentimiento maquiavélico de “restregar” tu dicha, especialmente a vecinas cotillas y familia política, y ojito con no olvidarte de avisar a ésta última, pues seguramente te lo estará recordando cada vez que coincidáis en un evento familiar común. Es algo así como tener un interesante diálogo a tres bandas con el angelito y el diablillo que se sientan en tus hombros.


Toda esta perorata viene a colación de un programa nuevo que se estrenó hace unos días en televisión. Es un concurso en el que cuatro participantes se enseñan sus respectivas casas entre sí y al resto de los televidentes; luego se votan entre ellos y el que sume más puntos recibe un premio económico.


Como el tema de la decoración es uno de mis favoritos y llevaban anunciando el concurso varios días, me picó la curiosidad y me puse a verlo la otra noche.


El resultado, por desgracia, más de lo que se estila en televisión en los últimos tiempos. A veces pienso que el ente televisivo tiene escondido un genio científico que ha descubierto el gen cotilla en nuestro adn y lo está explotando como la gallina de los huevos de oro, no al científico, sino al gen.


Visionado, sentada en el sofá, es para reír o llorar, según como le coja al cuerpo. A nadie le importa, ni siquiera a los propios concursantes el cariño con el que cada uno de ellos arregla y enseña su casa, simplemente porque es su casa. La idea es ganar, aunque sea poniendo de vuelta y media al “contrincante”, por la sencilla razón de que no tiene tu mismo estilo.


Por su puesto, la cordialidad, el agasajo, el que el otro te quiera hacer sentirte a gusto no suma puntos. La dinámica es la siguiente:


El dueño de la casa de turno recibe a los otros tres participantes, les da la bienvenida y los deja solos para que curioseen su casa. Después los invita a un aperitivo y cada uno otorga su puntuación y su opinión en sobre cerrado. Así en las cuatro casas. Al final del programa, cada uno por separado abre los sobres para ver las votaciones y, el que gana, además un talón con el premio. Resumiendo: por ¿mil euros?, invitas a tu casa a tres desconocidos (y medio país), dejas que la fisgoneen, los invitas a comer y después tienes que esperar a ver el programa para ver cómo te critican. Interesante, ¿verdad? ¿Quién se apunta? Yo no, por supuesto.


Mi casa no es la mejor, yo lo sé. Con los años, le voy haciendo cositas con el único fin de que todos estemos más a gusto en ella. Cuando alguien viene de visita, quiero que se sienta como uno más de la familia y no debemos de hacerlo muy mal de todo, porque mi casa es bastante concurrida. Mi casa no es simplemente una casa, es mucho más, MI CASA ES UN HOGAR.

lunes, 6 de junio de 2011

Estoy como un queso

Hace ya varios años, en la puerta del colegio, una madre comentaba lo mal que le había sentado a su marido cumplir los cuarenta; yo no lo entendía, lo mismo que me hacía muchísima gracia una vecina que estuvo cumpliendo los treinta y seis durante varios años seguidos, y otros pocos, cuarenta y dos,…hasta que me tocó a mí.

La verdad es que llegar a los cuarenta, en cierta forma, fue como echarme por encima un jarro de agua fría, tal vez porque interiormente no me sentía como yo creía que tenía que sentirse una mujer de cuarenta. Así estuve medio mosqueada unos tres años más, hasta que un día caí en la cuenta de que por qué preocuparse, en la vida vamos quemando etapas y cada una de ellas es una aventura.


Hoy es mi cumpleaños, y cumplo cuarenta y cinco añitos, y estoy más feliz que una perdiz, ¿por qué voy a quejarme? Aún me quedan MUCHÍSIMAS cosas por hacer y soy bastante perseverante. ¿Qué cómo me siento? No voy a ser yo quien lo diga, sino un escritor colombiano, llamado Santiago Gamboa, de quien una amiga ha hecho bien en enviarme este extracto de su discurso, y dice así:


Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cuarenta y pico, incluso cincuenta y pico, y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente reales.

Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento. Qué importa… Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante.

Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar que le cantaron unas cuantas verdades, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño o a cambiar el rollo de papel higiénico cuando éste, trágicamente, se acaba, y decidieron pactar para vivir en pareja.


Son maravillosas y tienen estilo, aún cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan. Usaron faldas hindúes a los 18 años, se cubrieron con suéter de lana y perdieron su parecido con María, la virgen, en una noche loca de viernes o sábado después de bailar. Hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo. Aquí hay algunas razones de por qué una mujer de más de 45 nunca te va a despertar en la mitad de la noche para preguntarte…. “¿Qué estás pensando?” No le interesa lo que estás pensando.

Si una mujer de más de 45 no quiere mirar un partido de fútbol, ella no da vueltas alrededor tuyo. Se pone a hacer algo que ella quiere hacer y generalmente es algo mucho más interesante. Una mujer de más de 45, se conoce lo suficiente como para estar segura de sí misma, de lo que quiere, y de con quién lo quiere. Son muy pocas las mujeres de más de 45 a las que les importa lo que tú pienses de lo que ella hace. Una mujer de más de 45, tiene cubierta su cuota de relaciones “importantes” y “compromisos”. Lo último que quiere en su vida es otro amante posesivo.

Las mujeres de más de 45 son generalmente generosas en alabanzas. Ellas saben lo que es no ser apreciadas lo suficiente Tienen suficiente seguridad en sí mismas como para presentarte a sus amigas. Solo una mujer más joven e inmadura puede llegar a ignorar a su mejor amiga. Las mujeres se vuelven psíquicas a medida que pasa el tiempo. No necesitas confesar tus pecados, ellas siempre lo saben. Son honestas y directas. Te dicen directamente que eres un imbécil si es lo que sienten sobre ti. Tenemos muchas cosas buenas que decir de las mujeres de más de 45 y por múltiples razones…

Lamentablemente no es recíproco. Por cada impactante mujer de más de 45, inteligente, divertida y sexy hay un hombre con casi o más de 50… pelado, gordo, barrigón y con pantalones arrugados haciéndose el gracioso con una chica de 20 años y haciendo el completo ridículo.

¡¡¡Señoras… les pido perdón por ello….!!!


Así que hoy, con mis cuarenta y cinco añitos recién estrenados, mi celulitis, mis canas, mis arrugas y, sobre todo, con mis seres queridos, voy a celebrar este día tan especial con una tarta de queso que me ha salido de rechupete.

domingo, 29 de mayo de 2011

Acción de gracias

"Señor Jesús, todos nuestros esfuerzos y sacrificios se ven recompensados al contemplar a estos niños y niñas escuchar tu Palabra y comulgar tu Cuerpo.


Tantos desánimos e ilusiones, tantas reuniones aprovechadas y perdidas; estos cursos, semana a semana, intentando conocerte mejor para vivir y transmitir tu mensaje con amor y fidelidad, bien han merecido la pena... y hasta nuestro mal hacer, los disgustos e incomprensiones, han dado el fruto esperado y deseado... pero... sólo porque Tú, Señor, has animado y acompañado a estos niños, utilizando nuestro pobre decir y hacer.


Por eso y por todos los dones que nos concedes, te damos gracias."


Esta ha sido nuestra humilde acción de gracias por estos tres últimos fines de semana en nuestra parroquia, al celebrar la Primera Comunión de cerca de cien niños. El trabajo ha sido intenso y agotador, sobre todo en estas últimas semanas: tardes de ensayo, preparación de cantos, arreglos florales, acomodo del templo, banco arriba banco abajo.


Una comunidad viva que trabaja como un equipo, donde cada uno aporta su granito de arena: Manoli, la coordi de este año, Encarnita con su avituallamiento de catering y abanicos para el coro, Ani, la sacristana jefe, las "cates" multitareas, Edu y los chicos de perse, ¡menudo coro de ángeles!, los maridos (catequistas en la reserva) y, por supuesto, Miguel Angel y Basile. Perdón por si me olvido de alguien, todos sois simplemente ÚNICOS.


No puedo enseñar foto de familia, porque, con tantas cosas en la cabeza, se me olvidó la cámara, pero el fotógrafo oficial se ha encargado de hacerla y ha prometido traérnosla, así que cuando la tenga, la enseñaré. Buena gente este hombre y su compañero, que se notan que disfrutan cuando vienen a San Juan de Dios.


Ahora volvemos a la tranquilidad, a misas con poquita gente (eso es lo único malo), pero nos merecemos un descansito, más que nada, para recargar las pilas para el próximo octubre, cuando los salones parroquiales vuelvan a llenarse de voces y carreras infantiles y de resoplidos desesperados de las catequistas ante la inmensa vitalidad de la gente menuda.

domingo, 1 de mayo de 2011

El mismo sentimiento

¿Qué es lo que mueve al mundo? Unos responderían que el dinero, otros que el poder, otros, entre los que me hallo, diríamos que el amor, sin dudarlo. ¿Qué es lo que motiva a una mujer a ser madre? Hace años leí que era la alegría de vivir y, aunque parezca una contradicción, es cierto. Aún cuando sabemos y experimentamos que la vida tiene mucho de sacrificio, de dolor, de renuncia, merece la pena vivirla, al cien por cien. Es un don, del que somos partícipes y cocreadores, por eso debemos preservarla desde sus inicios hasta su fin.



De todos los amores quizá, el más desprendido sea el amor maternal, sin menospreciar al paternal. Mi marido suele decir que yo fui madre antes que él fue padre, y tiene su puntito de razón; la sensación de sentir en tu interior a otro ser, que será en su día alguien completamente independiente aunque lleve parte de ti es única e indescriptible, tanto como la de ver su carita por primera vez.


Veintinueve años separan estas dos fotografías, testigos de tres generaciones: madre-hija-nieto, o lo que es lo mismo, abuela-madre-hijo, y sin embargo, en las dos se puede palpar el mismo sentimiento.


Me vienen a la cabeza esos tatuajes que solían decorar los bíceps masculinos como homenaje a sus progenitoras, que aunque no sean al gusto de todos, son un homenaje en toda regla a las artífices de su existencia.


El amor de madre no tiene valor económico, está por encima de todo eso. Su auténtico valor se halla en la entrega, en el sacrificio, en la renuncia. Es universal, y como el mismo Universo, se expande más allá de los límites y no se agota nunca. No se acaba en este mundo, sino que perdura en el otro. Por eso, ¿qué tiene de malo celebrar un Día como hoy? Habría que celebrarlo los trescientos sesenta y cuatro días restantes del año. El ser partícipes de este don de una manera u otra, como madre, como hijo, como abuela es motivo de fiesta continua. No tienen valor los fines comerciales porque ¿quién le pone precio a la carita de nuestros hijos a la salida del cole con una manualidad hecha por ellos mismos para nosotras? ¿O a ese beso con arrechucho de un adolescente que ya te gana en altura?

Hoy, 1 de Mayo de 2011, Día de la Madre propongo una cosa: que el resto del año sigamos celebrando este día como reconocimiento a todas las madres del mundo, biológicas o no, que sin dudar un instante, entregarían su vida por sus hijos y que derrochan un amor incombustible e inacabable.

domingo, 24 de abril de 2011

Cristo vive



“¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado” (Lc 24,1-12). Esta misma pregunta que se les hizo a las mujeres que fueron al sepulcro aquella mañana, es la misma que nos hacemos hoy nosotros dos mil años más tarde. ¿Dónde está Jesús? ¿Dónde está el Señor para nosotros? ¿Muerto, clavado en una cruz? ¿Enterrado en un sepulcro? La respuesta, sin duda alguna, es NO. Cristo vive, Cristo ha resucitado, no sólo hace miles de años, sino hoy y cada día del presente.


La oscuridad ha dado paso a la Luz, el silencio ha sido roto por la Palabra, el Agua nos ha dado la vida nueva, y esa vida se hace eterna a través del Pan y el Vino.

Esta vida nueva nos da la oportunidad de regalar a los demás, de trabajar por los demás, de dejarnos quemar para resurgir nuevos, de no tener miedos ni malos rollos, de ser luz y de ser sal, de ser reflejo de la Luz de Cristo.


Por eso, de nuevo la pregunta: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado” ¡Feliz Pascua de Resurrección!

domingo, 17 de abril de 2011

"Quien no estrena en Domingo de Ramos...


…se le caen las manos”. Así dice el dicho. Yo no sé si eso será verdad o no, ni de dónde viene el susodicho refrán. Bien es cierto que, hace ya unos “muchos” de años, las ocasiones para lucirse ante el resto de los conciudadanos se limitaban a la Semana Santa o las fiestas locales de turno. El caso es que este dicho me ha acompañado desde que tengo uso de razón; de pequeña, ya se ocupaba mi madre de dichos menesteres; ya más mayorcita, en plena época adolescente, me ocupaba yo solita; luego vinieron los años de cierta desidia y ahora hemos vuelto a los corrales, no de forma exhaustiva, es decir, estrenando de la cabeza a los pies, pero sí dejando alguna prenda guardadita para el Domingo de Ramos.

Este año, en la parroquia, nos hemos dejado llevar levemente por dicha tendencia, amén de la necesidad, ya que los monaguillos, como los pepinos, nos crecen de noche, y las túnicas que suelen portar se les están quedando pequeñas. Así que hoy hemos estado de estreno: las cuatro patas del banco han estrenado ropaje nuevo, auténticamente “monaguil”, con roquete y todo.

Hemos tenido guasa con el tema durante toda la Cuaresma, empezando porque cuando vieron los trajes, como que no les hicieron mucha gracia, ya que están casi todos en la pubertad. Para más inri, les tuvimos con el alma en vilo, diciéndoles que teníamos encargados unos bonetes a juego. El misterio no se desveló hasta esta mañana en la sacristía, para alivio de los cuatro.

Bromas aparte, la ocasión lo merecía, es nuestra semana grande y tenemos que vivirla con intensidad, especialmente, desde la fe. Por razones obvias, sus caritas están pixeladas, pero ¿a qué están para comérselos? Vistos en directo, son todavía más guapos, y tienen un buen hacer que es el orgullo de toda la comunidad parroquial.

jueves, 7 de abril de 2011

La primavera...

...la sangre altera, o eso dicen. Yo no es que me sienta rara, al contrario, me encanta que ya entre el buen tiempo, aun a costa de las dichosas alergias que no se irán hasta los primeros baños en el mar.

Lo que sí es cierto es que, teniendo ya de por si un puntito inconformista, me entran las ganas locas de cambalachear todo tipo de objetos, en la casa, en el blog,… en donde sea, aun a sabiendas de que, seguramente, todo volverá a estar al final como al principio, pero en esas idas y venidas, ando entretenida un rato largo.

Hoy le ha tocado el turno al blog; no consigo encontrarle el puntito primaveral, y revisando entre el montón de imágenes que tengo, aparecieron estas Nancys primigenias, es decir, las originales, las de mi niñez, aunque he de confesar que yo nunca tuve una, tal vez debido a un despiste de mi madre, pero sí tuve una Sintra, que era algo así como la sucedánea, que mi tío pensó bien en regalarme.

Por ello no tuve ningún trauma, seguramente porque los juego de los chicos siempre me parecieron más divertidos y me adherí a la banda: el látigo, el mate, el poliladro, la lata,…, el trompo como que no, y las canicas, tampoco, pero el resto bien que lo jugué.

No por ello dejo de ser ahora una mujer normal y corriente, aunque muy agradecida con Dios porque me dio hijos varones, ¡a saber cómo me las hubiera apañada teniendo una niña!¡¿cómo le habría hecho las coletas?!

Pero bueno, que mi look bloguero se vuelve desde hoy, algo setentero y, a la vez, algo chivato de los años que porto,…¡y a ver cuánto dura!

jueves, 31 de marzo de 2011

Manos solidarias II

Os invito a todos a que os unais a una iniciativa muy bonita de la mano de Elalelito, en su blog Manos Solidarias; creo que si todos uniésemos nuestras manos, seríamos capaces de dar la vuelta al mundo varias veces en un abrazo solidario, que haría este mundo infinitamente mejor.


El mar se hace gotita a gotita, no somos grandes políticos, pero la unión hace la fuerza y merece la pena luchar por dejar a nuestros hijos un legado infinitamente mejor.


Por lo pronto, en casa ya estamos en ello.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Manos solidarias

Con permiso de Elaelito, cojo prestadas estas manos, para intentar hacer una cadena solidaria que ojalá dé la vuelta al mundo, para que entre todos construyamos un mundo donde nuestros hijos se sientan seguros.

Mano solidaria contra el hambre y la pobreza del tercer mundo, con los que nada tienen para llevarse a la boca, ni siquiera agua…











Mano solidaria con Japón, con las familias de los fallecidos, más de once mil, y de los desaparecidos, más de dieciséis mil. Mano solidaria con los doscientos mil refugiados, victimas de la destrucción de unas 18.000 casas y que causó daños en cerca de 130.000 edificios, por el terremoto y el tsunami del día 11 de Marzo.






Mano solidaria con los países que están librando guerras internas contra dictadores, opresores del pueblo, que se enriquecen a costa de él. Mano solidaria con los que sufren sus consecuencias, muertos, heridos, odio, rencor, hambre, destrucción…








domingo, 27 de marzo de 2011

El Aelito




Con trece años, me regalaron mi primera cámara de fotos, una Werlisa club color con la que hice mis primeros pinitos en el mundo de la fotografía. Como se ve, estos pinitos fueron para podarlos casi desde la raíz. Del primer carrete se salvaron dos o tres fotos, y ésta, que fue la primera, es una de ellas. Durante años, éste fue mi estilo: justificar a la izquierda lo que quería captar, y el resto…paisaje. ¡No había manera! El que se pusiera en la esquina se arriesgaba a no salir en la foto, y así durante años.

Las imágenes subieron de categoría, pasaron al color; la werlisa cedió su puesto a una Ricoh KR-5 Super II y aquí se abrió un amplio abanico de posibilidades para regalar en una ocasión especial: filtros, trípodes, objetivos… Muchas de esas instantáneas recogen las mejores épocas de nuestra existencia y ése fue nuestro hobby durante años, aunque después, la cámara de vídeo y el pinnacle se convirtieron en el objetivo de nuestra memoria.


Ahora, el asunto está más compensado: los niños crecieron y sus “gracias” siguen siendo motivo de guasa, pero no para inmortalizarlas en vídeo, así que hemos vuelto a los orígenes, pero actualizados: la cámara, digital pero humilde: una SONY Ciber-shot 3.2, personalizada con una pegatina de Piglet, porque TODOS tenemos el mismo modelo y, cuando nos juntamos, es un despropósito de máquinas, todas iguales, sobre la mesa.

La ventaja ahora es que podemos hacer cientos y cientos de fotos, podemos desechar las malas y, con Photoshop podemos crear verdaderas obras de arte a partir de las imágenes capturadas, pero en cierta forma se ha perdido el encanto de lo manufacturado, de la obra del artista que juega con la luz y con los objetos. Es la cara y cruz del progreso tecnológico y siempre pensaré que cómo aquellas fotos no volveré a hacer ninguna igual.

Todo este discurso no es más que una excusa para invitaros a todos aquellos que paséis por aquí, a visitar el blog de una persona a la que aprecio un montón, amigo de toda la vida, que se encuentra entre toda la troupe que aparece arriba; a él le animo a que se busque y que se encuentre y le doy permiso para que se ría a carcajadas viendo como hemos “degenerado”.

Compañero de trastadas tras la tapia de San Miguel, de fiestas en la guardería, de nuestros primeros viajes de “mayores”. Malagueño de pro, buena gente, y encima, UN ARTISTA. No solo escribe de maravilla, prosa y verso (algún premio literario lo avala), además pinta de escándalo y para colmo, es un fotógrafo de alto nivel (le viene de casta). ¿Qué más puedo decir? Sólo que visitéis su blog, elaelitos.blogspot.com, y que os quedéis, os va a encantar.

Porque hay amigos que, aunque los veas de higos a brevas, siempre están ahí. Esto va dedicado a ti, Ángel, y a toda tu familia.

domingo, 27 de febrero de 2011

La vocación al amor


La vida matrimonial es como un viaje en un hermoso barco de vela. Planificamos este viaje con muchísima ilusión y deseos por cumplir. Es un viaje largo, que dura toda la vida y en el que deseamos vivir las más maravillosas vivencias. Para nada es un viaje aburrido. En él se darán muchos días de tormenta, en los que pensaremos que el barco va a irse a pique; también vendrán días de calma chicha, en las que el navío no avanzará ni un solo ápice. Conoceremos muchos puertos, de los cuales subiremos a bordo recuerdos fantásticos y otros que no lo serán tanto. Nuestra única meta será llegar, sanos y salvos, después de muchos años, a buen puerto.

Para que nuestro viaje sea inolvidable sólo necesitamos dos cosas: mantener la ilusión que tenemos cuando subimos a bordo por primera vez, y confiar plenamente en el capitán de la nave, que no es otro que Jesucristo, que evitará que ésta naufrague.

Con este símil compartíamos nosotros estos días, nuestro testimonio de vida conyugal, con ocho parejas que han decidido iniciar su proyecto de matrimonio y familia, en nuestra parroquia.

¿Qué podría decir de todos ellos? Que son realmente encantadores y que ha sido un placer conocerles. Han sido cinco noches en las que cada parte han compartido con la otra lo mejor que tenían. Ellos, su ilusión, esa ilusión que nosotros también tuvimos, y que aún conservamos, aunque el paso de los años le ha ido dando solera; y nosotros, nuestra experiencia, que no es mucha, pero es real y verdadera.

No ha sido nuestra intención mostrarles todo de color rosa, o de color negro. La vida va de una punta a la otra de la escala cromática. No existen fórmulas mágicas, ni vivimos en una telenovela. La vida, a pesar de todo y de todos, es más sencilla que todo eso. El único requisito para vivirla (o sobrevivirla, según las ocasiones) es el amor, que se traduce en otros términos: paciencia, sacrificio, esperanza, libertad, crecimiento, fuerza,…, ese amor es un don divino, y es tan crucial, que la Iglesia lo eleva a la categoría de Sacramento.

Y así lo vemos nosotros seis: Juan y Mª Ángeles, José Manuel y Ana, Jose y yo misma. Por eso hemos sobrevivido a muchas tempestades, hemos superado días de intensa calma chicha, y nuestro viaje sigue siendo tan apasionante e ilusionado como el día que zarpamos.

Por eso, a todos y cada uno de ellos, a Juanjo y Raquel, Carlos y Nerea, Daniel y Virginia, Manolo y Paqui, José y Mª Carmen, David y Lourdes, Juan Antonio y Ceci, Borja y María José no quiero desearles suerte, la suerte ya la tuvieron el día en que se conocieron; ni tampoco desearles que Dios les acompañe siempre, porque eso ya lo tienen; sí que me gustaría pedirles sólo una cosa, que lo tengan siempre presente para que este periplo que han decidido emprender juntos se convierta en el viaje más apasionante de sus vidas. A todos ellos, buen viaje.

martes, 8 de febrero de 2011

Diccionario malagueño

Hoy quiero compartir con todos vosotros un poquito de mi Málaga bella; a los que sois de aquí, seguro, segurito que os partís de la risa, como cuando os véis en la tele, y a los que no sois, espero que paséis un rato divertido leyendo este post y que os animéis para vivir la experiencia fonética in situ. Ahí va eso:
Diccionario malagueño:
> > Petao: Cuando algo está muy lleno o cuando algo falla
> > Piltra o sobre: cama
> > Chavea: niño pequeño
> > Irse la olla: Irse la cabeza
> > Perita: guay
> > Jiñao: Cobarde, cagao
> > Pila: Pechá de algo: una pila cocheh, una pila ente...
> > Chorraera: Tobogán
> > Piños: Dientes
> > Moña: Afeminado
> > Chorra: Suerte, potra
> > Pollón (estar como un): Estar zumbao, como un cencerro...
> > Castrojo: Cateto de pueblo
> > Terral (terrá): viento caliente procedente de Sevilla causa de una muerte lenta en verano para los malagueños y fulminante para los guiris ......('puto terráa')
> > Chusmón: De la familia del merdellón pero con connotaciones delictivas
> > Tenis: Zapatillas deportivas
> > Gorrilla: Individuo que dice que te vigila el coche si le das un euro y te lo raja si no se lo das.
> > Merdellón (del francés merd de gens): imposible de definir, hay que verlo. (Nota: la version femenina es imposible de no ver u oir)
> > Ehnortao: Empanao, alobao, apollardao, atontao, empaellao, agilipollao..
> > Engorilao: Entusiasmao con algo, encariñao u obcecao.
> > Sopa: dormío
> > Estar guahnío: Estar muy cansado
> > Nove: No veas, se usa para frases tanto afirmativas como negativas (para ser más malagueño, pronúnciese de la siguiente forma: ¡noooooooooooooooooveeeeeeeeeeeeeeee!, o bien, ¡ nuuuuuuuuuuveeeeeeeeeee!)
> > Rosetas: Palomitas
> > Biznaga: Ramillete de jazmines en forma de bola
> > Portañica: Bragueta
> > Muerde vieo, muerdeee er rooollo: Que curioso
> > Cenacho: Cesta de esparto con asas
> > Cenachero: vendedor ambulante de pescao
> > Cenachero (y 2): la estatua que nadie sabe dónde está
> > Calino: Mucha calor
> > Canina: Calavera
> > Caniho: Colega (vieeeeeo)
> > Nube, sombra, mitad, corto, semicorto, largo, semilargo, solo...: tipos de cafés atendiendo a la proporción de leche en el brebaje
> > Mitad doble: el combustible del universitario malagueño
> > Abe: ¿Sabes?, coletilla muy común (aaaaaaaabe, vieeeeo????)
> > Fosco: Caca
> > Hacer el gato: Dar gato por liebre, engañar, timar
> > Fiiite!!: Fijaté
> > Pitufo/Changüi mixto: Pitufo(un tipo de pan)/Changüi con jamón y queso
> > Pitufo (y 2): Policia local
> > Campero: Bocadillo con un tipo de pan y con tantos condimentos que es imposible acabarlo
> > Piña: Golpe
> > Un Paco: Persona peculiar
> > Piarda: No ir a clase, hacer pellas
> > Piardero: el que hace mas piardas que examenes
> > Rosco: Flotador
> > Guarrito: Taladrador, viene de la marca Warrington
> > Mandanga: Guasa
> > Changuay: Lío, guirigay, hacer un intercambio
> > Bocaná: Golpe de aire
> > Maharón: Chalao, majareta
> > Mocito Feliz: Personaje malagueño
> > Grillao: Loco
> > Chuminá: Tontería
> > Morcillona: Flácida y gorda
> > Tener más mala cara que los pollos del Pryca: No encontrarse bien
> > Aaaaaayyyyyyyyyyy que rrrriiiiiicas questán: Vendedor de de Calle Nueva
> > Enmayao: Tener mucha hambre
> > Chacina: Fiambre (para comer, jamón, salchichón...)
> > Moraga: Como las pelis de surferos de California pero con sangría en vez de cerveza y boquerones en vez de hamburguesas.
> > Gazpachuelo: Una sopita de pescao y mahonesa que viene mu bien cuando nieva en Cazabermea.
> > Niña: Hembra humana menor de 35 años
> > Alicuindoy/Aliquindoi: Atento. Viene de cuando los americanos hacían faenas en el puerto y enseñaban a los malagueños diciendo 'Look and do it', lo que los malagueños, de aquella manera, pronunciaban 'aliquindoi'.
> > La frase completa es 'estar alinquidoi!', vamos, que te estés a lo que tienes que estar!!!
> > Hacer la pirula: Saltarse un semaforo, circular marcha atras por una calle en direccion contraria pa que no se note, girar en una rotonda donde no se debe...
> > Calimocho: Néctar de los dioses (en Sevilla y Cordoba no lo conocen!!!!)
> > Jocántaro: El monstruoso hombre centollo de la Carihuela
> > Chícharo: Guisante
> > Copo: El producto de pescar con red, usease, los pescaos que has pillao en el dia
> > Copo (y 2): Zona de festividades nocturnas sita en la Torre (Torre del Mar)
> > Jábega: Barca de pesca con ojos
> > Palo: Un barrio mu leho der sentro
> > Sentro: Donde se busca el aguinaldo de los 40 principales toas las navidades
> > Curiana: Cucaracha genérica
> > Volantona: Cucaracha con alas (y la jodia las usa)
> > Chiringuito: Quiosco (en mi opinión, debe estar en la playa para considerarse como tal)
> > Prevelicao: entusiasmao
> > Trápala: individuo que hace negocios no con muy buenas intenciones, tendente al timo y/o a hacer las cosas de cualquier manera
> > Tarajano: alto y delgado
> > Darse un zarpajazo: caerse, estar a pique de esnoclarse
> > Va follao: corre mucho con er coche
Y ESAS EXPRESIONES QUE NOS HACEN DIFERENTES:
El malagueño no llama por teléfono..da toques
El malagueño no se cae ............da un mahazo
El malagueño no es un triunfador...éh un artista
El malagueño no se enamora....se enchocha
El malagueño no tiene influencias.....esta enchufao
El malagueño no concierta citas con los amigos....queda con los colegas
El malagueño no corre.......se embala
El malagueño no transporta..........da viajes
El malagueño no va....se llega
El malagueño no va a la tienda de ultramarinos...... va a cá Maria
El malagueño no duerme siesta...echa una cabezaita
El malagueño no come mucho...se jarta comeé
El malagueño no trabaja...curra
El malagueño no se impresiona...se quea flipao
El malagueño no orina... echa una meailla
El malagueño no sufre diarrea...se va por la patas abajo
El malagueño no duerme...se quea frito
El malagueño no rie...se da una pecha de reí
El malagueño no pide que lo lleven... pide que lo acerquen
El malagueño no es tranquilo...está empanao
El malagueño no es vago...es lacio
El malagueño no hace algo mal...la caga
El malagueño no intenta ligar...intenta comerse algo
El malagueño no es guay...es perita
El malagueño no es un buen tipo...es wena hente
El malagueño no toma café...toma un mitad o un sombra,corto,largo,mitad doble,manchao,nube
El malagueño no está cansado...esta reventao
El malagueño no se enfada...se mosquea
El malagueño no come porras....come churros o tejeringos
El malagueño no ve los pasos....ve los tronos
El malagueño no dice esqueleto....dice canina
Al malagueño no le sale algo mal...es que le están mentando
El malagueño no corre con el coche... va 'follao'
El malagueño no habla mal.......habla diferente y en su propio dialecto
El malagueño no es cualquier cosa....................ES UN SER ÚNICO Y EXTRAORDINARIO
Con todo mi cariño, para todos los malagueños y los que no.

jueves, 3 de febrero de 2011

Mi pequeño clon


Este era mi plan para el 3 de Febrero de 1999: Levantarme a las 8:30 de la mañana, despertar a mi niño, desayunar y bajarlo a la guardería. Después, subir y recoger la casa, además de preparar unas lentejas para él; recogerlo de la guardería a las 13:30 e irnos a casa de los abuelos, ya que mi suegro había ido a recoger espárragos para que yo pudiera comerme un buen plato de aliño, pero… el plan cambió en cuestión de minutos. Me quedé en la primera parte, o sea, levantarme, cuando de pronto… ¡ups! ¡una contracción! ¡y a los diez minutos otra! ¡y otra! Vaya, ¡pero si todavía faltan seis días! ¡No puede ser!

¡¿Cómo que no?! ¡Claro que pudo ser! Y es que mi pequeño clon era y sigue siendo así de impaciente. Tantas ganas de venir al mundo, como las mías de ver su carita, después de un embarazo bastante mocoso y más cansado que el primero. El papá no daba crédito a sus oídos cuando lo llamé por teléfono, salió zumbando de la oficina y cuando llegó a casa sólo se le ocurrió preguntarme: “¿Estás segura?” ¡Hombre, claro que lo estaba, y tanto! Así que pusimos pies en polvorosa, rumbo al hospital, con parada necesaria en casa de los abuelos y con “bastante” equipaje en el coche: mi bolsa con lo necesario, otra para mi hijo mayor mientras se quedaba con los abuelos y… ¡la olla con las lentejas a medio hacer para que las terminara mi suegra!

Y a partir de ahí todo fue correr, tanto, tanto, que a las 13:10 del 3 de Febrero de 1999 nacía mi segundo hijo. El parto fue rápido e intenso, con un pequeño contratiempo al final que fue solventado con rapidez por parte del equipo médico y mi pequeño nació sano, fuerte y ¡con muchísima capacidad pulmonar!

Lo primero que recuerdo de él no es su cara, sino su llanto; llanto que es, aún hoy, identificable desde por lo menos cien metros a la redonda; lo segundo que recuerdo es su carita enfadada y arrugada, ¡y aquella mata de pelo negro azabache! En la memoria aún la cabecita pelona de su hermano, me llamó muchísimo la atención, tanto que cuando vino mi marido lo único que pude decirle fue: “¿Has visto al niño? ¡Qué feo es!”

Pobrecito mi niño, con lo guapo y la cara de machote que tiene, con unos ojazos que quitan el sentido, pero el pobre pasó mucho para nacer ya que traía dos circulares al cuello. Mi padre se enfadó con el comentario, ¡mira que decir que el niño era feo!

El tiempo fue dándole la razón, y como todos los bebés, fue cambiando para mejor, cada día estaba más gordo y espabilado. Fue un bebé bueno, comilón pero llorón un rato largo. Risueño y alegre casi las veinticuatro horas del día, pero cuando se le soltaba la vena, se le veía hasta la campanilla. Quitarle los pañales fue todo un reto, si no que le pregunten a mis vecinas, pero lo peor, lo peor, fue quitarle el chupete, el “pete” como él decía; aquello nos costó un fin de semana de insomnio con el grito lastimero de “¡¡¡quiero mi peteeeee!!!”

Nació el año que se estrenó la película “Tarzán” de Disney y recuerdo que llevamos a mi hijo mayor, que tenía tres añitos, a verla, dejando al peque al cuidado de mi madre. Cuando apareció la escena de Tarzán bebé, mi marido y yo nos miramos con el mismo pensamiento, era clavadito a nuestro bebé, por eso en su primer cumple la tarta iba decorada con la visión disney del personaje de Edgar Rice Burroughs.

Desde chiquito ha dado muestras de su carácter impulsivo y apasionado, pero con un fondo honesto y justo que muchas veces me hace recordar al santo que le prestó el nombre. Es muy generoso (nos recuerda mucho a mi padre), siempre quiere invitarnos y le irrita mucho la injusticia, tanto que a veces me pregunta cosas que no sé como explicárselas.

Es alegre y extrovertido, con un puntito de timidez. Nunca lo he visto más feliz que el día de su Primera Comunión. Estuvo radiante desde que se levantó hasta que se acostó, con un color sonrosado y una cara de felicidad como nunca había tenido.

Yo soy la única que le encuentro parecido físico con su hermano (ese es el don de las mamis), para los demás son muy diferentes. Por eso, solemos decir en broma que nuestros hijos no vinieron por el cauce normal sino que nos arrancaron un pelo a cada uno y clonaron uno parecido a mi marido y otro a mí, de hecho tengo un amigo que cuando nos vemos no para de reírse mirándonos, preguntándome que por qué no le puse al niño Lupito por nombre. Le riño cuando se porta mal, pero en mi interior no dejo de sorprenderme porque veo mi reflejo en él cuando tenía la misma edad. De ahí viene lo del clon.

Mi niño hoy cumple doce años, ya le queda muy poco para ser un adolescente en toda regla; el año que viene comienza la Secundaria, a ver qué tal lo llevamos, él y yo, porque es un poco cabezón cuando se le atascan los deberes. Es zalamero, cariñoso y detallista, va a ser un conquistador nato, lo intuyo. Adora a su hermano, con el que discute todo el día pero sin el que no puede vivir. Magnífico estudiante, al que sólo le hace falta un pelín de paciencia y constancia. Tiene un fondo de un valor incalculable, para lo que se cuece hoy en día, es, como dice un amigo mío, oro puro.

Como todas las mamás, espero verlo hacerse un hombre de bien, los pasos van yendo por buen camino y, como dije de su hermano, no me lo ha puesto difícil.

Por eso hoy quiero felicitarle desde aquí y desearle un día inolvidable, ¡felicidades con todo mi amor, mi Pablete!

miércoles, 26 de enero de 2011

Los zapatos del alma

Con motivo de mi primer cumpleblog, mi amiga Alicia me regaló esta bonita felicitación, amén de un hermoso comentario que me llegó al alma. Lo que ella no podía imaginar es el maravilloso montón de recuerdos que me vinieron a la mente al ver este lindo dibujo de Sarah Kay.

Tengo guardado como oro en paño, un álbum de cromos adhesivos con dibujos de Sarah Kay que tiene la friolera de ¡veintinueve años! Se dice pronto. Es como una preciada alhaja que me gustaría dejar algún día a una nieta, ya que yo sólo tengo hijos varones.

Realmente no podría cuantificar su valía, en absoluto es material, es más bien espiritual; es, como dice en la contraportada, un “mundo intacto”, el mundo intacto de Sarah Kay. Sus dibujos han dado la vuelta al mundo, desde su Australia natal desde hace décadas y por lo menos a mí, cuando los miro con minuciosidad me siguen transportando a un mundo mágico y apacible, de paisajes bucólicos, llenos de dulzura, de inocencia infantil, de golosinas, de gatitos y perritos que dan ganas de estrechar entre los brazos, y sobre todo, de hermosos sentimientos como la amistad, el cariño al hogar y a las cosas sencillas.

Contaba yo con quince años de edad (¡quién los tuviera de nuevo!) cuando conseguí completar este álbum. Cursaba 2º de BUP y lo mismo cambiaba los cromos repetidos que leía novelas de Bianca o Jazmín. Otra actividad, compartida con el resto de mis compañeras, era jugar y hacer trastadas y bromas al resto. Cierta tarde, en el cambio de clase, mientras se iba un profesor y llegaba el siguiente se nos ocurrió algo “genial”: quitarles un zapato a las demás y arrojarlo por los ventanales al patio central. Mi instituto era y es una antigua casa-palacio del siglo XVIII y mi aula estaba en la segunda planta. Durante un rato, estuvimos bastante entretenidas y muertas de risa, hasta que el Jefe de Estudios, a la par profesor de Sociales paró la broma, haciendo requisar el último par de zapatos al conserje. Casualidades de la vida, el par era mío y para más inri, nos tocaba dar clase con él. Así que heme yo aquí, sentada en mi mesa, descalza de los dos pies y encomendándome a todos los santos para poder regresar a mi casa calzada como era debido. Antonio González, que así se llamaba el profe, entró en la clase con cara de pocos amigos y no mencionó nada al respecto. Nosotras, calladas como mudas. Al cuarto de hora más o menos, Antonio dijo: “Espero que los zapatos que hay en conserjería no sean de esta clase” ¡Madre mía! Ahí se me cayó el cielo encima y empecé a llorar como una descosida. Al pobre hombre le dio pena y no le quedó más remedio que devolverme los zapatos, seguramente pensando que la llantina que me entró era el mejor castigo que podía recibir.

Unos meses más tarde, ya en primavera, estábamos dando clase con él de nuevo. El calorcillo primaveral y el tema de aquel día, que tenía que ser un poquito tedioso hicieron que me entrara esa morriña tan peculiar que hizo escapar un sonoro bostezo que no pude resistir. Todas giraron la cabeza hacia mí, incluido el profesor, que dijo con sorna: “¡Ay, Guadalupe, Guadalupe, que un día vas a perder los zapatos del alma!” Yo me puse roja como la grana y le resto de mis compañeras y el profe, muertos de la risa. ¡Qué tiempos! ¡Mira que era guasona! Como esta batallita, muchísimas otras y hoy, este lindo dibujo que Alicia me regaló me hizo recordarla.

Otro día contaré otra.