sábado, 15 de mayo de 2010

El mapa de los recuerdos III (Oído)


El oído es un sentido puramente social; gracias a él aprendemos a hablar, a comunicarnos con los demás; gracias a él somos capaces de percibir emociones: alegría, enfado, preocupación, hastío…
¿Habéis observado cómo un bebé se tranquiliza cuando su mamá lo coge en brazos? ¿O cómo gira la cabeza hacia ella cuando habla? Cuando estamos en el útero materno, los primeros sonidos que escuchamos son el latido del corazón de nuestra madre; también su voz.


Un niño sabe perfectamente el estado de ánimo de su madre sólo por el tono de su voz. Aún recuerdo a la mía, llamándome desde la ventana por el diminutivo de mi nombre. De hecho, los años han pasado, pero mi nombre sigue en diminutivo para mi madre y para mis vecinas.


Debo reconocer que en mi mapa también hay sonidos desagradables, como por ejemplo, el sonido del despertador de mis tiempos de estudiante o de mis últimos meses de vida laboral. Despegarse de los brazos de Morfeo para hacer frente a una realidad un tanto incómoda era un incordio.


¿Y el sonido de un trozo de tiza chirriando en la pizarra? Irritante, ¿verdad?


Pero si tuviera que elegir el sonido más desagradable para mí, elegiría el del teléfono sonando a horas intempestivas. Presagio de malas nuevas, es superior a mí, me provoca un vuelco en el estómago y una desazón intensa. Es más, si me despierto de madrugada y me asalta el pensamiento de que el teléfono puede sonar, ya tengo la noche echada por alto. El malestar físico es tal que me tengo que levantar para tranquilizarme.


Pero bueno, aunque en todos los mapas hay parajes inhóspitos, sobre todo existen escenarios que merecen ser recordados. En el mío hay algunos realmente hermosos, que sólo la memoria me permite rescatar, como el sonido de mi hijo mayor la primera noche en casa después de nacer: tras los primeros días en el hospital, regresamos a casa con el nuevo miembro de la familia, quien de una forma casi imperceptible, ya hizo notar su presencia en la penumbra del dormitorio. Había un sonido nuevo en la habitación, apenas audible, que nos mantuvo en duermevela durante varias noches. O el llanto de mi hijo pequeño, apenas nacido, al que oí antes que vi, y que me despertó de la anestesia; o al día siguiente, cuando la enfermera se lo llevó para vacunarlo y lo sentía llorar desde el otro extremo del pasillo; o llorando en el patio de la guardería, que estaba en el mismo edificio donde vivíamos; o llorando... ¡Es que me salió un poco lloroncete!


El paisaje de Doñana vendrá acompañado de forma perpetua de la Bachata Rosa de Juan Luís Guerra; fue la banda sonora de aquel bonito viaje. El falsete de Aaron Neville siempre tendrá para mí tintes nupciales. O la música de los ochenta, ¡eso sí que se podía bailar!


El mar, siempre presente a mi vida, qué curioso. Y con su susurro, la sensación de ser pequeñita, pequeñita. No puedo imaginar vivir lejos del mar.


El estruendo de la tormenta, acurrucada bajo las mantas, sana y salva, contando los segundos entre relámpago y trueno. O el soniquete del agua en la ventana cuando la tormenta amaina.


Muchas sensaciones, que alimentan el espíritu de hermosos recuerdos, de cosas que fueron y siguen siendo, que poco a poco van conformando un mapa de los recuerdos único y personal.

2 comentarios:

♥Alicia dijo...

Hola Bouganvilla, qué hermoso relato.

Siempre recuerdo la voz desentonada de mi padre cantando para enfadar a mamá... y las risas después...

Vivo en una región montañosa,de muchos árboles y flores será por eso que no olvido un amanecer, luego de las más felices vacaciones... El sol y el mar y las nubes y los colores... ¡qué paisaje maravilloso!!... ¡Q maravilla la Creación y su Creador!!

Un abrazo para tí.
♥Alicia

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...




AFECTUOSAMENTE
EL RINCON DE LA BOUGANVILLA


ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CHOCOLATE, EL NAZARENO- LOVE STORY,- Y- CABALLO, .

José
ramón...