domingo, 2 de mayo de 2010

Todo un reto


Hoy es un día muy especial. Es el Día de las Madres. Y a mí me encanta. Hay quienes opinan que celebrar este día no es más que fomentar una campaña consumista, sin más sentido que el puramente económico. Pues yo opino lo contrario, ¿por qué? Porque me encanta que me consientan, y hoy lo van a hacer; hoy tiro la modestia por la ventana y presumo de mis dos hijos, que son mi mayor tesoro, que todos, pero todos los días me consienten, y hoy un poquito más.

Creo que ser madre es un don. Unas veces somos madres por voluntad propia, otras, por sorpresa; madres biológicas o madres adoptivas, da lo mismo. Es el amor más grande, el que se da sin esperar nada a cambio, el que no para nunca de crecer.


Ser madre es un contrato por tiempo indefinido, con una jornada laboral de 24 horas, que dura toda la vida y más allá. Hay días malos, y noches malas, pero sobre todo hay días, semanas, meses, años excelentes. El sueldo, de lujo: besos, caricias, abrazos, y escuchar cosas como “qué guapa estás”, “hueles a mami”, “gracias por ser mi mami”. ¡Y siempre eres la primera en aparecer en los títulos de crédito!


Ser madre es acompañar en el camino, e ir detrás, unas veces para evitar la caída, otras para ayudar a levantarse. Todo un reto, del que no empiezas a vislumbrar su verdadera dimensión hasta que el test de embarazo da positivo, o hasta que lo sientes moverse dentro de ti, o hasta que le ves la carita por primera vez, y de ahí en adelante, toda una vida por vivir.


Por eso hoy quiero felicitar a todas las mamás, empezando por la mía, y a las que fueron, a las que son y a las que serán, por haber aceptado este reto y vivirlo con alegría, con esperanza y con el amor más grande que pueda existir.

1 comentario:

Iris Martinaya dijo...

Que bonitas palabras, y que cierto todo.

Felicidades

Besitos