martes, 14 de septiembre de 2010

Los tres regalos más hermosos para un hijo

A veces caen en nuestras manos auténticas perlas de sabiduría. El pasado domingo llegó hasta mí ésta, de manos de la hoja dominical de la Diócesis de Málaga. Su autor, Juan Antonio Paredes, del que ya publiqué otro artículo. Hermoso y cierto el de este pasado domingo, que transcribo literalmente y al que me suscribo sin condiciones:
"Hace unas semanas, los políticos presentaban como uno de los mejores logros de la Consejería de Educación la posibilidad de que el niño entre en el centro educativo a las siete y media de la mañana y permanezca allí todo el día, hasta las ocho de la tarde. Es una posibilidad real que ofrecen ya más de 350 colegios andaluces. Con todos mis respetos hacia otras opiniones, pienso que es un grave error. En el mejor de los casos, una solución para resolver situaciones familiares y laborales nada deseables. Porque los niños no son paquetes que se aparcan mientras se realizan tareas más importantes. Son niños y necesitan convivir con sus padres el mayor tiempo posible.
Cuando acaba de comenzar el curso, os sugiero que hagáis a vuestros hijos tres preciosos regalos. El primero, tiempo para convivir con ellos, para reír juntos y jugar, para seguir de cerca su proceso de desarrollo. Porque necesitan el cariño y la ternura de sus padres para madurar sus sentimientos, y eso es algo que no se aprende en la escuela.
El segundo, tiempo para que puedan jugar y expresarse libremente. Considero una actitud equívocada cargarlos de actividades complementarias y someterlos a un ritmo tal de actividades programadas que terminar por estresarlos y deprimirlos. El juego es uno de los mejores campos de aprendizaje y de crecimiento interior.
Y el tercer regalo, un clima de diálogo y compresión entre los padres. Cuando éstos gritan y se insultan entre si, el hijo se desorienta y se rebela. Muchas de las conductas difíciles tienen su origen en la falta de armonía entre los padres. Lo que hagamos por los niños es la mejor riqueza que les podemos dejar."
Interesante, ¿verdad? Para reflexionar un rato.

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